Prescripción
Vio la luz roja y frenó. En
todas las farmacias de turno que visitó aquella noche encontró agotado el
remedio que necesitaba para su padre. Entró y pidió una cerveza. Pensó en su
padre. La chica que bailó para él estaba empapada en sudor. Pensó en el dolor. Puso
un billete en la tanga. Pensó en la abolición del dolor. La chica le dio un
beso en la mejilla y ya no pudo contener las lágrimas. No muy lejos de allí su
padre empezó a toser y toser y toser y...