26.4.13

Descuento

En el cuarto piso del hotel hay una habitación con descuento. Si subes por las escaleras (no hay necesidad, el ascensor funciona normalmente, pero lo puedes hacer) es la segunda puerta a la derecha. Todos los que llevan trabajando más de dos años en el hotel tienen su propia versión de lo que pasó en la habitación 402. Los puntos de convergencia de esas historias son pocos. El más llamativo de ellos es, por supuesto, que allí se suicidó la hija del ex intendente de policía.

Según la cocinera la chica no llegó sola. Eso explicaría que haya elegido una habitación matrimonial. La señora de la limpieza admite que había una gran maleta con ropa de hombre y de mujer, pero asegura que no hay ningún hombre involucrado en la historia; por lo menos en la parte de la historia que concierne al hotel. La administradora, que en aquel entonces recién había llegado a trabajar al hotel como recepcionista y fue quien llenó la ficha de inscripción de la chica, nunca habla del tema. Según la cocinera es porque tiene una relación extramarital con el ex intendente de policía. La cocinera, a pesar de haber sido quien tuvo menos contacto con la chica, es la que más habla.

La señora de la limpieza fue quien la halló muerta. La dueña del hotel llamó a la policía. Dice que no sabía la relación entre la chica y el ex intendente. Dice también que por esa relación es que el caso pasó por desapercibido en las noticias locales. La cocinera dice que el ex intendente estuvo más de tres horas metido en la 402, con la puerta cerrada con llave, con su hija muerta. Según la señora de la limpieza el ex intendente ni siquiera tuvo el coraje de entrar a la habitación. Después de que se la llevaran dice que solo tuvo que limpiar un poco de vómito junto al inodoro. Todo lo demás estaba intacto. Cree que fueron pastillas, aunque la cocinera asegure que hasta ahora retumba en su cabeza el ruido del disparo.

Un mes la habitación estuvo a disposición de los investigadores que buscaban pistas. No hallaron nada. Dos meses más la habitación estuvo cerrada en un luto que nadie pudo explicar. Esos tres meses fueron los mejores para el hotel, siempre pasaba lleno, aunque nadie hablaba del caso. Luego la habitación fue nuevamente habilitada, con un descuento. La cocinera dice que el precio-especial de la 402 es para pagar una deuda con Dios. Fue recién un año y medio después del incidente que en la ciudad se empezó a hablar del suicidio de la hija del ex intendente de policía, suplantando así la versión oficial de que la chica había muerto en un accidente. Todo en clave de leyenda. Recién entonces me sentí a salvo de sospechas.

21.4.13

Sirena

La sirena estaba apagada cuando Ale se subió a la ambulancia. El doctor perdió en el cara-sello y le tocó manejar. Ale fue desnudada por la enfermera. Dejó de pensar en el dinero que había pagado a lo que la enfermera le desabrochaba el sostén. Mientras la enfermera se desnudaba, el doctor encendió la sirena. Era un jueves por la tarde, con el tráfico caótico de siempre. La ruta acordada era de la clínica donde nació Ale al hospital donde murió su padre. Los juguetes seleccionados eran todos implementos médicos: equipo de venoclisis para bondage, máscaras para vendar los ojos, espéculo, bisturí para un cicatriz de souvenir. Ale tuvo su primer orgasmo mientras la ambulancia pasaba un semáforo en rojo de la plaza central. Una frenada brusca la sacó de la fantasía. Vio a la enfermera que en ese momento tenía un termómetro metido en el culo y se echó a reír. La enfermera tenía ganas de llorar, pero se aguantó, y de todos modos esta no es su historia. Ale empezó a vestirse. Se echó en la camilla. Escuchó que la enfermera la decía algo al doctor, pero no le prestó atención. Cerró los ojos y la sirena se calló.