30.10.06

Confesionario

Dicen que la vieron entrar a la iglesia, y hasta ahí nomás coinciden. Unos claman que asentó la rodilla derecha para persignarse y que la corta faldita que llevaba... negra, por supuesto; el resto dice que ni siquiera detuvo sus pasos y así rapidito llevó su mano a la frente etcétera. Parece que luego se dirigió cabizbaja al confesionario, no sabemos; a lo mejor y el arcángel Gabriel allá arriba y ella desde abajo, pero ni cómo confirmarlo. El grito igual; unos dicen que ella, otros que el padrecito, los de por allá que qué grito. Y esta puta mancha de sangre (perdón, diosito) que no quiere salir; lo otro si he de decir la verdad me importa poco.

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