11.12.06

Cumpleañero

El jueves 7 fue el cumpleaños de Tom Waits; antes de la caída de la noche agarré el único disco que tengo de ese man, conseguí dos botellas de whisky barato y mientras la una reposaba en la mochila junto al discman iba tomándome la otra a pico, caminando por calles poco transitadas. A lo que destapaba la segunda botella me dieron unas ganas súper hijueputas de llorar. Tom Waits cumplía 57 años y no tenía ni puta idea de que un país chiquitito un huevón estaba chupando a su salud, y con whisky barato y tibio como dios manda.

El disco me lo encontré como hace dos años en una banca de la universidad, adentro de una mochila abierta. ¿Que quién es Tom Waits? Pues para mí es un tipo que canta con las bolas; nunca antes había escuchado algo parecido, aunque sería honesto decir que se acerca a la musiquita que sale en las películas infantiles cuando lo presentan al villano. Su voz es como lija, pero me hizo mierda desde la primera vez que lo escuché, y no lo puedo dejar; tampoco es que lo haya intentado.

Recuerdo que me senté en la banca de un parque cuando la segunda botella iba por la mitad, y lo siguiente que recuerdo es ir acomodado en el asiento trasero de un Suzuki; una tipa iba manejando y su enamorado (o algo parecido) iba en el asiento del copiloto. Iban conversando entre ellos y a mí no me prestaban mayor atención. A ella la conocía de algún lado, a lo mejor una ex compañera del colegio o una prima lejana, hasta ahora no estoy seguro. ¿Cómo carajo llegué ahí? No tenía ninguna botella a la mano, pero en mi espalda seguía mi mochila; saqué los audífonos y le puse nuevamente play al disquito. Creo que pasamos por la calle donde vive mi ex, pero no me importó mucho. Lo primero que recuerdo haberles dicho es que pararan por una licorería para ir recargando las municiones; el gil ese se rió, y ella me pasó una botella de vino casi entera.

Vino, hace años que no tomaba vino, y no estoy muy seguro de si Tom Waits toma vino o no. La verdad sea dicha no se ni mierda de Tom Waits, ni de dónde mismo es ni cuáles son sus influencias ni si tiene hijos ni si tiene más discos aparte del que me robé. No me importa, todo eso me vale verga. Alcé la botella de vino y un poco se me regó por las comisuras de la boca; estaba buenísimo, no me duró más de cinco minutos. A lo que la tipa paró para que su acompañante se baje a mear me bajé del carro y empecé a caminar en contravía por el filo de la vereda. Creo que me llamó por mi nombre tres veces pero ni siquiera la regresé a ver.

En verdad ni estoy seguro de que el jueves haya sido el cumpleaños de Tom Waits; solo sé que una semana antes el tipo se me apareció en sueños y me lo dijo mientras se comía las moscas que revoloteaban a nuestro alrededor. A lo mejor las moscas expliquen la aspereza de su voz, pero tampoco es que necesite explicaciones. Volví a casa cuando las primeras luces del viernes volvían reconocibles los colores de las paredes. Dormí hasta la noche.

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