08:17
Son las 8 y 17 minutos de la mañana. En diez minutos Satanás vendrá por mí y recién consigo un papel donde escribir esto. ¿Que si tengo miedo? Claro que no tengo miedo; mi alegría es completa, total. He esperado este momento durante largo tiempo, y finalmente llegó.
¿Que para qué escribo esto? Para tratar de aclarar un poco las cosas, las verdades, los mitos. Al igual que muchos de ustedes también escuché a los curitas en mi tierna infancia hablando del desprestigiado infierno y de los infinitos castigos inflingidos a los pecadores. ¡Mentiras! Lo que los curitas querían era tratar de empañar una lógica verdad.
Cuando lo descubrí fue como una revelación; no fue una revelación precisamente, pero a ustedes les gustan este tipo de términos para tratar de explicar este tipo de cosas. No es fácil concretarlo en palabras, y allá ustedes si me creen o no: la verdad es que los pecadores la pasan genial en el infierno, ya que, después de todo, hicieron en la tierra lo que Satanás quería, y Él sabe recompensar el buen trabajo de uno.
No digo más, me imagino la cara que habrán puesto leyendo este papelito, y es que la costumbre pesa, no soy yo quien vaya a negarlo. Como sea, ahí los dejo, tratando de ser buenos; por mi parte, iré a tomar mi merecido descanso en el averno.
¿Que para qué escribo esto? Para tratar de aclarar un poco las cosas, las verdades, los mitos. Al igual que muchos de ustedes también escuché a los curitas en mi tierna infancia hablando del desprestigiado infierno y de los infinitos castigos inflingidos a los pecadores. ¡Mentiras! Lo que los curitas querían era tratar de empañar una lógica verdad.
Cuando lo descubrí fue como una revelación; no fue una revelación precisamente, pero a ustedes les gustan este tipo de términos para tratar de explicar este tipo de cosas. No es fácil concretarlo en palabras, y allá ustedes si me creen o no: la verdad es que los pecadores la pasan genial en el infierno, ya que, después de todo, hicieron en la tierra lo que Satanás quería, y Él sabe recompensar el buen trabajo de uno.
No digo más, me imagino la cara que habrán puesto leyendo este papelito, y es que la costumbre pesa, no soy yo quien vaya a negarlo. Como sea, ahí los dejo, tratando de ser buenos; por mi parte, iré a tomar mi merecido descanso en el averno.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal