25.12.06

Empieza el olvido

Y es más o menos como nacer, la abolición del útero y todo eso: empieza el olvido. Se hace la luz y todo se vuelve confuso. Los ruidos, los ruidos, los ruidos, voces que me llaman y no puedo entender. La mayor parte del tiempo me la paso mirando el techo, y claro, no falta el chistoso que se interpone en el medio, como si su cara fuera algo interesante. Me mecen, siento el vaivén, la incertidumbre, la ausencia de la paz, el contacto con los otros. Todo es nuevo e inodoro. Madre, tengo miedo, tengo frío: abrázame.

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