23.10.12

Viejos hábitos

El viejo sacerdote viaja de pueblo en pueblo robando las vírgenes. Nunca los santos. Elige los pueblos pequeños en los que nunca predicó. En tiempos tan faltos de milagros quiere incrementar la fe de la gente. En cada pueblo no se queda más de dos días. Durante el desayuno del segundo día empieza a escuchar los rumores. La virgen del pueblo ha bajado de su altar. Ahora camina entre la gente. Podría ser cualquiera. En un pueblo incluso dijeron que hasta podria ser un hombre. En otro, una perra. El viejo sacerdote sonríe. Odia a la gente y quiere incrementar su fe.